¿QUE ES EL EXITO?
Éxito es:
- -A los 3 años,... no mearse.
- -A los 6 años,... recordar lo que hiciste en el día.
- -A los 12 años,... tener muchos amigos.
- -A los 18 años,... tener carnet de conducir.
- -A los 20 años,... tener relaciones sexuales.
- -A los 35 años,... tener mucho dinero.
- -A los 50 años,... tener muchísimo dinero.
- -A los 65 años,... tener relaciones sexuales.
- -A los 70 años,... tener carnet de conducir.
- -A los 75 años,... tener muchos amigos.
- -A los 80 años,... recordar lo que hiciste en el día.
- -A los 85 años,... no mearse.
Hay que FASTIDIARSE...
¡¡El ciclo de la vida!!
Cómo detectar tus hábitos de fracaso
A algunos ejecutivos les cuesta trabajo llegar a las metas laborales o sueños personales que tienen. Miran a su alrededor y, aparentemente, otros ejecutivos menos talentosos y con menos esfuerzo tienen más éxito. ¿Qué está pasando? Descúbrelo leyendo este artículo.
Una de las cualidades que caracterizan un líder es su habilidad para lograr resultados, tanto en el plano laboral como en su vida personal.
Sin embargo, existen muchos líderes que tienen continuos fracasos, olvidos, desilusiones y se sienten frustrados porque trabajan mucho y reciben muy poca recompensa o, simplemente, no encuentran el modo de conseguir eso que tanto añoran.
Y lo peor de todo es que miran a su alrededor y descubren que conocidos suyos, compañeros de trabajo o familiares consiguen lo que quieren con más facilidad: sus casas, carros, ascensos en la empresa, éxito en sus negocios propios.
La respuesta a estas “incongruencias de la vida” podría estar en ti mismo.
Una razón muy probable es que, inconscientemente, estés actuando bajo el influjo de hábitos que están boicoteando tu camino al éxito.
Los más comunes son:
· No tener tiempo para hacer lo verdaderamente importante. Se te va el día haciendo actividades no prioritarias y dejando a un lado aquellas que catalizarán tu encuentro con el triunfo.
· Miedo a la incertidumbre. Ocurre cuando justificas tu inacción porque “no tienes claro el camino a seguir”. Desearías tener ya todas las respuestas en tu mano para poder actuar.
· Dejar los proyectos a medio camino. Significa no tener la suficiente voluntad para continuar algo que iniciaste y para ello te justificas de muchas formas: no está funcionando, lo retomaré cuando las condiciones sean más propicias, se me enfermó mi madre, etc.
· Dejar para mañana lo que puedes hacer hoy. Te lleva toda una eternidad dar el primer paso, dejándolo para “mañana”.
· Parálisis. Los caminos para llegar a tu meta son múltiples. Hay tanto por hacer que no sabes por dónde empezar y te paralizas.
· Aferrarte a lo conocido aunque no sea efectivo. Realizas una y otra vez ciertas actividades que, según tú, son las que te permitirán conseguir lo que quieres y aunque la evidencia te demuestra que por ahí es no es el camino, te empeñas en recorrerlo… ¡y hasta te molestas cuando alguien te hace la observación!
· No concretar tus ideas. Tienes ideas maravillosas, creativas, originales… pero no las llevas a cabo. Siempre hay algo que se interpone, ya sea porque estás “cargado” de chamba, “mañana” será un buen día para intentarlo, voy a esperar a que llegue el Sr. López para arrancar, etc.
Éstos son algunos hábitos que podrían estarte impidiendo conseguir lo que quieres. Pero podría haber más.
Una receta que te puede servir es que tomes como referencia a alguna persona que consideres exitosa y que admires. Acércate a él o ella y pregúntale cuáles son los cinco hábitos más importantes que considera han contribuido al logro de sus objetivos. Y si es posible, entrevista a dos o tres personas más.
Luego saca cuáles son los hábitos que más se repitieron en todos ellos. Entonces lo que tienes qué hacer es auto evaluarte a la luz de lo que te dijeron. Vamos a suponer que de cuatro personas entrevistadas, tres de ellas te comentaron que suelen levantarse a las 6:00 am a practicar 15 minutos de meditación.
Y tú sueles levantarte corriendo para ir a la oficina 30 minutos antes de la hora de entrada y ni siquiera te da tiempo para tomar un vaso con leche. Entonces ya sabes que debes incorporar a tu rutina este nuevo hábito. Y así con todos los demás.
No es nada del otro mundo. El éxito y la gloria está al alcance de todos, pero eso sí, te quiero advertir algo: para la excelencia no hay atajos. Tendrás qué disciplinarte hasta que tus nuevos hábitos se incorporen como una manera natural de tu forma de ser.
Y entonces sí, ¡podrás alcanzar la estrella que quieras, por lejos que esté!
Si te ocurre que tienes un montón de sueños por cumplir que no llegan a materializarse, porque la economía mundial está mal, porque no tienes recursos económicos, deudas, falta de tiempo, situación social de tu país, etc., este artículo es para ti
Transfórmate en la diseñadora y arquitecta de tu realidad:
Hay veces en las que parece que el universo se confabula para que las circunstancias no te permitan consumar tus sueños. ¿Qué tal si intentas cambiar o suavizar esas circunstancias que te están impidiendo el paso?.
Comienza viviendo como si ya estuvieras en el camino hacia tus objetivos, y así cuando te des cuenta ya estarás en el camino de tu éxito.
Si vas por un camino y te encuentras una gran piedra obstaculizando el paso, una de dos o quitas la piedra de en medio o la bordeas; Imagínate que las circunstancias desfavorables son la piedra. En cualquier caso nunca debes tirar la toalla, ya que esa es la senda del fracaso.
Además como otras veces he dicho, una circunstancia no favorable puede ser una favorable disfrazada.
Persistencia:
Una vez leí una frase de Miguel de Unamuno que decía "Para dar una vez en el clavo hay que dar cien veces en la herradura". Se trata de insistir, insistir..... sin desfallecer. Con la persistencia eliminarás los efectos de las carencias de otras
habilidades o circunstancias.
No hace falta hacer grandes esfuerzos, un poquito todos los días, y sin darte cuenta estarás alcanzando tus metas.
No te pongas excusas:
Muchas veces nos ponemos excusas, las excusas pueden significar dos cosas:
1) Que realmente no quieres de verdad eso que crees que quieres. Tal vez esa meta sea solo algo impuesto por tu familia o la sociedad y llegas a creer que la quieres. Si esto es así deberías replantearte tus metas;
2) Que tengas miedo a tomar decisiones, tengas un miedo inconsciente al éxito porque crees que no te lo mereces. Las excusas son muy variopintas como exceso de trabajo, marido, hijos (a menos que los niños sean pequeñitos, que no es sino cuestión de esperar a que crezcan).
Todo esto son excusas que te pones a ti misma, la familia tiene que colaborar no eres una superwoman, habla con ellos.
Temas económicos (pues habrá que buscar la manera de financiar el proyecto) o bien comenzar con un proyecto que no tenga apenas gastos, es cuestión de buscar la forma de hacerlo con la circunstancia que lo impide.
Casi siempre son mayores las limitaciones que te pones en tu mente, ya que las reales normalmente se pueden gestionar.
Ten en cuenta estas tres cositas que te he comentado, y ya verás como aunque las circunstancias no te acompañen, puedes lograr el éxito, eliminando esas circunstancias o bien sacándoles provecho.
Revertir una imagen negativa en el trabajo
Por más buenas que sean tus intenciones, parece que todas tus acciones laborales son interpretadas en forma negativa. ¿Por qué? ¿Cómo revertirlo?
¿Alguna vez te tomó por sorpresa la reacción de tu empleador a ciertas acciones que has realizado en el ámbito laboral?
¿Alguna vez pensaste que estabas haciendo un buen trabajo, sólo para descubrir que tus mejores esfuerzos eran los que más irritaban a tu empleador?
A lo largo de nuestra carrera profesional, todos hemos enfrentado circunstancias en las que a pesar de tener la mejor intención y actuar bajo un total convencimiento, nuestras acciones son percibidas bajo una luz negativa por los demás. Una situación común, para muchos, podría ser el ejemplo de que al ayudar a un colega a comprender un proceso, podría ocurrir que tu jefe te vea como una persona incapaz de concentrarte en tus propias tareas.
Las diferencias en perspectivas y prioridades pueden conducir a experimentar distintos puntos de vista en cuanto a las contribuciones que haces en el trabajo. No hay reglas fijas para evitar estas disparidades ya que suelen ser el resultado de una mezcla específica de personalidades y culturas.
Sin embargo, hay algunos malentendidos que se dan con mayor frecuencia que otros. Para contribuir en la empresa de minimizar las probabilidades de enojar a tu jefe, intenta direccionar las siguientes conductas comunes que tú percibes en forma positiva, pero que tu jefe ve bajo una luz de negatividad.
Embarcarte en proyectos por cuenta propia
* ¿Cómo lo percibes tú? Como que tienes independencia e iniciativa.
* ¿Cómo lo ve tu empleador? Como que eres una persona difícil de controlar.
Podrías creer estás haciendo un gran favor a la empresa al esforzarte en forma extraordinaria y perseguir iniciativas que estimas valiosas, pero tu empleador podría percibir que eres un niño que le da mucho trabajo y que lo obliga a esforzarse el doble para mantener las cosas bajo control.
Ten en cuenta que, si bien lo que estás haciendo puede ser útil a la empresa, tu jefe podría tener otras prioridades en mente.
Antes de pasar demasiado tiempo en un proyecto por cuenta propia, asegúrate de que tu jefe esté de acuerdo con lo que estás haciendo.
Evitar la confrontación
* ¿Cómo lo percibes tú? Como que estás haciendo concesiones por el beneficio de la armonía general del grupo.
* ¿Cómo lo percibe tu empleador? Como que no tienes las agallas suficientes para tomar decisiones importantes.
Por ejemplo, supongamos que te preguntan si un compañero laboral tiene la fortaleza y las agallas necesarias para conducir un proyecto y enfrentar todas las dificultades que éste supone.
Tu jefe tiene una vacante disponible, que debe ocupar, y está preocupado porque ninguno de los candidatos muestra las verdaderas cualidades para asumir el rol del líder, ya que todos en el equipo de trabajo tienen una actitud no confrontadora.
En algunas ocasiones, jugar al abogado del diablo será tu mejor opción. Procura ser el que agite el avispero de vez en cuando, y aprende a decir que no de tanto en tanto.
Entablar largos debates por diferencias menores
* ¿Cómo lo percibes tú? Como que estás prestando atención a todos los detalles. Te sientes orgulloso de tu meticulosidad.
* ¿Cómo lo percibe tu empleador? Como que estás perdido y que pierdes de vista lo verdaderamente importante.
A veces, el ego y la presunción toman el control de la vida laboral, y podrías encontrarte en necesidad de discutir para hacer prevalecer tu punto de vista —incluso en una cuestión de menor importancia— porque crees que estás en lo cierto. Pero mientras utilizas esta oportunidad para reforzar tu propia estima, podrías estar enviando un mensaje equivocado a tu jefe.
De hecho, podrías estar diciéndole a tu empleador que eres una persona demasiado impulsiva y controvertida para tener una discusión verdaderamente razonable y productiva. Los puntos triviales no deben dominar tus entrevistas cuando hay otros temas más importantes que tratar.
Supongamos que discutes constantemente con un compañero de trabajo acerca de cómo hacer las cosas. Ninguno de los dos quiere ceder, incluso cuando hacerlo no es vital para el esquema de cosas. Desde entonces, se los destina a diferentes roles de modo que nunca más vuelvan a colisionar. Deja en claro lo que piensas, pero recuerda que debes estar siempre dispuesto a acomodarte —entiéndase, ceder terreno— por el bien de la empresa y su productividad.
Dedicarte a ti durante el tiempo libre
* ¿Cómo lo percibes tú? Como que estás separando tu vida personal de tu vida profesional.
* ¿Cómo lo percibe tu empleador? Como que no eres un buen jugador de equipo.
Todos conocemos personas que gustan andar por su cuenta durante las interrupciones de la actividad laboral o en los eventos empresariales. Si bien para ti esto puede ser perfectamente normal —y crees que a la empresa no debería interesarle lo que haces con tu vida social—, tu empleador podría ver las cosas de un modo diferente.
Esto podría funcionar de dos maneras. En algunos casos, tu jefe podría atribuir tu soledad a tu incapacidad de construir relaciones con los demás. En otros casos, tu empleador podría sentir que estás demostrando tu independencia. Simplemente recuerda que no es bueno llegar a los extremos —busca un equilibrio entre el ser social y solitario—.
Ser un perfeccionista
* ¿Cómo lo percibes tú? Como que siempre quieres hacer el mejor trabajo.
* ¿Cómo lo percibe tu empleador? Como que estás perdiendo tiempo en detalles menores.
Existe una manera de hacer las cosas, que podríamos definir como “lo justo y necesario”. Mientras que algunos empleos van bien con los perfeccionistas, por lo general, el empleador querrá que pases a otra cosa ni bien tengas tu tarea aceptablemente terminada. No pierdas tiempo. Los últimos detalles suelen ser los que se llevan la mayor parte del tiempo, así que aprende a dejarlos de lado y a ocuparte de cosas más importantes.
Intentar resolver los problemas por cuenta propia
* ¿Cómo lo percibes tú? Como que estás siendo lo suficientemente independiente y calificado para arreglar tus problemas sin la necesidad de involucrar a tu jefe.
* ¿Cómo lo percibe tu empleador? Eres un mentecato a la hora de juzgar las prioridades y la seriedad de los distintos asuntos, y sueles esconder información.
Digamos que aparece un problema: ¿Debes ir directo con tu jefe o intentar resolverlo por cuenta propia? Recuerda que serás juzgado no sólo por tu respuesta sino por la comunicación que mantengas con tu jefe. Esto último podría afectar el grado de confianza que tu empleador tenga en ti.
Si bien puedes pensar que estás siendo eficiente al manejar los problemas con tus propias manos, si tu jefe únicamente se entera de los problemas cuando éstos se salen de control, entonces podrías denotar una falta de actitud ejecutiva en cuanto al abordaje de situaciones complejas.
Si no puedes resolver el problema rápido, por lo menos formula un plan de acción inmediato e informa a tu jefe de lo que planeas hacer.
Socializar durante las horas laborales
¿Cómo lo percibirás tú? Como que te interesas en tus compañeros de trabajo.
¿Cómo lo percibirá tu empleador? Como que tienes mucho tiempo libre y no trabajas lo suficientemente duro.
Si tus compañeros de trabajo no levantan la cabeza del escritorio durante todo el día, tú deberás hacer lo mismo. Tu empleador no verá con buenos ojos que andes paseándote de escritorio en escritorio haciendo bromas o hablando con los demás. ¿Acaso no tienes nada mejor que hacer que hablar todo el santo día?
Quienes comentan a menudo este error deben saberlo: tu jefe pensará que eres holgazán, un chismoso, o que no tienes trabajo que hacer y, en consecuencia, no hay razón para que estés calentando una silla en la oficina.
Acabar con las diferencias de percepción
Conviértete en un empleado más valioso eliminados esas características o actitudes que pueden conducir a los demás a llevarse una idea equivocada —y negativa— de ti. Busca la crítica constructiva en tu intento de reducir aquellos defectos en tu estilo laboral que pueden estar socavando tus probabilidades de desarrollo profesional. La imagen que intentas reflejar y el mensaje que llega a los demás pueden ser dos cosas muy distintas.
Como triunfar en la batalla por el empleo
Una seria ventaja frente a tus competidores.
¿Cómo?
¿Cómo?
Como la mayoría de las personas, es posible que no encuentres atractivas las entrevistas de trabajo.
De hecho, distintos estudios sugieren que suelen ser una de las situaciones más estresantes para las personas. No obstante, ¿existen algunos tips que podamos utilizar para hacer menos complicada esta experiencia? Claro que sí.
Los consejos a continuación, si son tomados al pie de la letra, podrán darte una ventaja sobre el 80% de tus competidores —que no se preparan para las entrevistas o lo hacen deficientemente—. De hecho, tal vez prepararte sea la mayor diferencia que puedes hacer.
Mientras más te prepares de antemano, más confianza tendrás durante la entrevista y mejor lucirás a los ojos del entrevistador.
Consejos para una entrevista de trabajo ganadora
Éstos son los seis consejos que te permitirán sacar ventaja a tus competidores en la entrevista de trabajo:
· Ten todos los datos básicos sobre ti mismo apropiadamente aprendidos en tu mente. Esto incluye educación, hobbies, intereses y experiencias laborales previas. Intenta tener practicado lo que vas a decir en todos estos puntos. Puedes probar con la vieja e infalible táctica del espejo.
· Refuerza tu postulación con evidencia comprobable de lo que has hecho en tus trabajos anteriores. No dispongas únicamente de unas escasas palabras describiendo tu puesto. Elabora. Ofrece descripciones específicas de aspectos puntuales del trabajo que hacías. Una vez más, intenta enfatizar ejemplos de las tareas que realizabas y que hoy te convierten en un candidato ideal para el puesto.
· Asegúrate de demostrar tu entusiasmo por el empleo para el cual estás siendo entrevistado. Recuerda, el entrevistador está buscando a alguien que encaje perfectamente en el puesto publicitado. Si te apareces teniendo muy poco interés en el puesto, ¿crees que tendrás alguna posibilidad de ganar la contienda? Asegúrate de investigar a partir de la oferta de la empresa. Busca información sobre el puesto a cubrir y, al momento de la entrevista, genera esa buena impresión propia de una persona que se ha preocupado por hacer averiguaciones.
· Ejercita de antemano las habilidades y cualidades que crees serán necesarias para llevar a cabo el empleo en cuestión. Piensa en tantos buenos ejemplos como puedas que den cuenta de que has usado previamente estas virtudes con éxito en tu vida personal y profesional.
· Haz un esfuerzo con tu apariencia. Recuerda: las primeras impresiones son las que permanecerán en la cabeza del entrevistador, de modo que deberás aprovechar el efecto que puede producir un primer encuentro visual de efecto positivo. Piensa en las características físicas que debería tener la persona que ocupe el cargo e intenta algo acorde para la entrevista.
· Perfecciona tu instinto para éxito. Toma por ejemplo el caso de la ardilla, a la que no se le debe enseñar cómo recolectar nueces. Tampoco necesita que le enseñen a guardarlas para el invierno. Una ardilla nacida en la primavera no sabe lo que es el invierno. Aún en el otoño, puedes ver a una ardilla acumulando fervientemente sus nueces para el largo invierno que tiene por delante.
Algo parecido ocurre con las aves, que nunca toman clases o cursos sobre cómo construir nidos. Tampoco poseen la habilidad de leer mapas, y aún así pueden regresar a sus destinos con exactitud año tras año.
Es sorprendente cómo estas criaturas son capaces de valerse de sus instintos —sus instintos más exitosos—. Tú también tienes en tu interior el instinto del éxito.
Los objetivos de los animales son innatos y se limitan a imágenes preconcebidas. En cambio, tú eres completamente dependiente de tu imaginación. Si perfeccionas tu imaginación, las posibilidades de éxito serán ilimitadas.
¿Alguien está boicoteando tu trabajo?
Para muchos el mayor reto es cómo defenderse de los celos profesionales y boicots de los propios compañeros de trabajo. ¿Cómo conducirse con inteligencia ante estas situaciones?
Hay qué admitirlo. Aunque fuiste contratado para sacar adelante un puesto, proyecto o meta, tal vez estés en la situación de estarte defendiendo de los ataques de otros ejecutivos, ya sea porque les caes mal, no haces química con ellos o, de algún modo, se sienten amenazados con tu presencia.
Aunque el manejo de este tipo de situaciones es realmente difícil y desgastante, no puedes permitir que la bola de nieve crezca, poniendo en riesgo tu desarrollo profesional y prestigio dentro de la empresa. Te recomiendo entonces estas estrategias.
1.Mantén el control y la calma
Recuerda que si no tienes la mente serena, no podrás conducirte con inteligencia. Al contrario, demuestra que puedes manejarte con más elegancia que el “enemigo”.
2.Entrevístate con la persona con la que tienes el conflicto
Confronta con hechos sus actitudes. No pongas sobre la mesa interpretaciones subjetivas, especulaciones ni argumentos que inicien: “me dijeron por ahí”, porque fácilmente te los puede tumbar.
Habla mejor con hechos, sobre las consecuencias o el impacto de sus acciones. Pero aquí también te doy una recomendación: no utilices argumentos tales como “no estoy llegando a mis resultados por tu culpa”, “ya me creaste un problema con el Director General” o cosas por el estilo.
Más bien utiliza argumentos que vinculen sus evidentes acciones con la forma en que le está perjudicando a la empresa.
Por ejemplo, si tú eres responsable de Ventas y el Gerente de Compras, con quien tienes el problema, no te surtió de las tiras de papel necesarias para registrar las ventas en las máquinas registradoras, tu argumento podría ir en el sentido de que por este hecho la empresa estará perdiendo “X” porcentaje de dinero.
La idea de esta estrategia es, por un lado, hacerle ver claramente tu compromiso frente a la empresa y, por el otro lado, no das signos de debilidad o de que te lastima personalmente lo que te hace.
Lamento decirlo pero los ejecutivos que actúan maliciosamente para entorpecer el desempeño de otros alimentan su ego viendo que sus triquiñuelas sí tienen efecto personal contra el agraviado.
3.Pregúntale qué podrías hacer para trabajar mejor en equipo con él o ella
Haz esta pregunta aunque te cueste trabajo decirla. Y hazla con sinceridad. Aquí estás demostrando poder porque lo que en realidad estás haciendo es comunicarle que aún y con todo, la situación no ha inhibido tu capacidad de trabajar en equipo con quien sea.
4.Si es posible, que esté presente un moderador o testigo en este proceso
Pienso que lo ideal es que esté presente el responsable de Recursos Humanos de tu empresa o cualquier persona imparcial que no esté involucrada en el problema.
Esto servirá para que la persona en cuestión se sienta un poco más presionada a cambiar de conducta, pues su comportamiento se verá expuesto y, por otra parte, no querrá quedar como el malo de la película.
No pierdas tu elegancia ni tu dignidad. No vale la pena. Cualquier problema, por grave que sea, enfréntalo con verdadera casta de líder, ni más ni menos.
Muchos son quienes sufren del enojoso defecto de la impuntualidad. ¿Cómo combatirla...?
En su mayoría, quienes tienen problemas de puntualidad son las mujeres. Así lo indica un estudio norteamericano que fue efectuado hace menos de dos semanas en los Estados Unidos y que abarca un total de 455 mujeres entre 17 y 47 años. El 86 por ciento de las encuestadas manifestó que suele llegar con retraso a las citas fijadas ya sean de trabajo o personales. El 74 por ciento de ellas mostró preocupación ya que es un defecto que se reitera y molesta y no saben cómo controlar o superar.
“Lo primero que hay que tener en cuenta para combatir este vicio es saber por qué se está generando y se reitera como parte de una rutina o forma de ser. Hay que saber distinguir si se es impuntual por pereza, olvido o desorganización en la distribución de las tareas diarias”, comenta la psicóloga argentina Florencia De Marco. Una vez se sepa el origen del disturbio se podrán crear ciertas pautas para ir de a poco eliminando esta realidad que tanto hace sufrir y desesperar a quien aguarda una llegada que nunca se produce o que se realiza con demasiada tardanza.
Consejos claves para vencer la impuntualidad
- Lo primero que hay que hacer es tener una agenda y revisarla cada hora. Al menos al principio hasta crear una rutina.
- Mantener siempre el reloj en hora y cerca.
- Instalar un sistema de alarmas que avisen una hora antes de que acontezcan las citas. Así habrá tiempo de prepararse y organizar lo que haga falta. Incluso, avisar a la persona con la que se debe reunir para avisar que acuda más tarde al encuentro y no dejar esperándola sin una respuesta.
- Levantarse más temprano por la mañana para organizar las obligaciones del día es una buena medida para evitar sobresaltos de última hora.
- Evitar las distracciones hará que se tenga más conciencia del tiempo y que se lo utilice de manera productiva y eficaz.
- Hacer el ejercicio mental de proponerse estar siempre diez minutos antes de la programación de la cita. Si un encuentro está pautado a las 20hs, hay que mentalizarse para estar allí a las 19:50 hs como si esa fuera la hora acordada.
- Es importante saber cuánto tiempo demora la realización de las tareas que se tengan en el día. Es mucho mejor exagerar el tiempo que se cree llevará una labor en especial para luego no estar necesitando más tiempo del que realmente se dispone. Apuntar cuánto demora cada actividad es un buen modo de calcular el tiempo, por ejemplo, es bueno saber cuánto demoran las actividades de aseo, cuánto se tarda en llegar a un sitio, cuántas horas se dispensan en una tienda o supermercado y es altamente efectivo tener en cuenta la impuntualidad del otro si es que dependemos de esa persona para completar alguna tarea como por ejemplo: ir a buscar a un hijo a una actividad extraescolar, encontrarse con una persona y luego tener que apresurarse para ver a otra, etc.
- Realizar una lista de lo que no se debe olvidar en casa cuando salimos. Ejemplo: llaves, billetera, documentos, teléfono móvil, listas de compras, etc. La desorganización está íntimamente ligada a la impuntualidad.
- Escoja la ropa que se va a lucir la noche anterior. Esto hará que se pierda tiempo innecesario en probar una y otra vez diferentes atuendos en el último momento.
- El hábito de la puntualidad es un ejemplo que los niños seguirán si lo ven reflejado en los adultos. Así también se evitarán demoras como consecuencia de la desorganización de ellos.
- La impuntualidad se nota y es mal vista, sobre todo si se reitera en varias ocasiones o es un estilo de vida que hace que la persona sea identificada por este motivo.
Cómo recibir el reconocimiento que mereces
¿Cansado de pasar inadvertido?
¿Harto de hacer todo el trabajo y ver cómo los demás se llevan los laureles? A continuación, algo que puede interesarte...
¿Y cómo no vas a estar de mal humor? Tanto tiempo trabajando en el proyecto, pensando todas y cada una de las posibilidades, y ahora otra persona se ha llevado el crédito. Pero si el reconocimiento debía ser tuyo..., si ese puesto debía ser tuyo. ¿Qué has hecho mal?
Cuando llega el momento de un ascenso en la oficina, tu jefe organizará un ranking de posibles candidatos en su cabeza. Él pensará en todos los grandes momentos, en las mejores actuaciones de sus empleados, los highlights de sus carreras. Claro que si quieres obtener el ascenso, deberás haber grabado en la mente de tu jefe algunos momentos memorables. ¿Qué no lo has hecho? ¿Y eres el que más duro trabaja? Entonces es posible que no estés recibiendo el reconocimiento que mereces por tu trabajo.
Para ponerlo más en claro: eres quien asiste al delantero con un pase magistral, pero en definitiva el que hace el gol se lleva el 90% del crédito.
En consecuencia, ¿cómo hacer para ubicarte estratégicamente dentro de ese ranking de grandes momentos? A continuación, te ofrecemos los tipos para que todas las cámaras y los reflectores apunten en tu dirección (y justo en el momento que mejor estás haciendo tu trabajo).
Ofrece presentaciones cada vez que sea posible
Las personas no sólo recuerdan las grandes presentaciones y las ideas: también recuerdan a las personas que entregan el mensaje. Si otro sujeto se encarga de llevar tu mensaje, entonces éste tendrá tu crédito, y se estará robando la porción de atención que te corresponde.
En lugar de dejar el trabajo en manos de otra persona, aférrate a cada oportunidad de presentar tus ideas al management y hazlo por cuenta propia. Las personas recuerdan las buenas ideas y a sus portadores, así que debes estar listo para presentarte ante el directorio cada vez que tengas algo grandioso en mente. Esta técnica es realmente sencilla, y es una de las mejores formas de obtener el crédito por tu trabajo.
Envía reportes de estado con frecuencia
A la hora de incrementar tu visibilidad, el nombre del juego es repetición. Tu jefe está ocupado pensando en millones de prioridades, y tú no eres más que una de ellas. En vistas de ganarte un lugar en sus pensamientos, necesitas ocuparlos más a menudo.
Los directivos quieren saber que sus empleados están cumpliendo con el trabajo. Enviar reportes de estado en forma regular —incluso cuando no tengas nada verdaderamente importante que decir— te permitirá meterte en la mente de tu jefe, y crearte la imagen de un empleado efectivo, que lleva adelante sus tareas. Puede que parezca inútil o trivial, pero es realmente beneficioso en el largo plazo. Lo comprobarás cuando seas reconocido por tu trabajo.
Busca testimonios favorables
Nada puede dar crédito de cuán brillante ha sido tu última idea como un testimonio de un cliente o colega referente a tu pericia laboral. Piensa en el último avance (o trailer) de una película que hayas visto: los estudios hacen referencia una y otra vez a lo que los críticos y celebridades han dicho acerca de la película, lo que sin dudas ayuda a construir credibilidad.
Un testimonio positivo no sólo hará que los reflectores recaigan sobre tu figura, sino que también te harán lucir como una persona inteligente, capaz de hacer satisfacer las necesidades de sus clientes. Y si realmente quieres ponerle la frutilla al postre, haz que el testimonio escrito de tu cliente llegue directamente a tu jefe. A esta altura, seguro te habrás ganado una palmada en la espalda y una suba en tu salario.
Participa en proyectos exitosos
Definitivamente, tu manager no va a recordarte por todas las cosas que has hecho en la empresa. No obstante, él sí va a tener un registro de tus victorias más resonantes. De modo que si quieres estar presente en el ranking de highlights de la empresa, lo mejor que puedes hacer es participar en las grandes victorias.
Concentrarte en aquellos proyectos que podrás llevar adelante exitosamente ayudará a elevar los niveles de confianza que tu jefe tiene en ti. Progresivamente, esta confianza te ayudará a participar en proyectos más y más grandes, que te darán mayor exposición y reconocimiento.
Llénate de proyectos durante los períodos de revisión
Cuando llegue el período de revisión, piensa en tu jefe como el personaje protagonista de la película Memento: él difícilmente pueda recordar algo que haya ocurrido algunos minutos antes. Tu jefe está tan preocupado por cosas importantes —como pensar en su propio ascenso—, que raramente se ponga a pensar en lo que has hecho por la empresa.
El momento para trabajar en serio en vistas a obtener el reconocimiento necesario es antes del período de evaluación. Éste es el momento para embarcarte en cada proyecto visible sobre el que puedas poner las manos. No te preocupes, podrás volver a jugar en tu cubículo después de la revisión, pero de momento necesitas mantenerte completamente ocupado. Es tu trabajo forjar la imagen que quieres meter en la cabeza de tu jefe.
Mantente visiblemente ocupado
No es suficiente con sumarte a los proyectos, sino que necesitas ir un paso más allá y lucir ocupado. Cuando se encuentre escribiendo tu revisión, tu manager va a tomar los momentos más vívidos que tenga de tu rendimiento profesional, que por lo general coinciden con los momentos más recientes.
Claro que tú quieres que estos recuerdos te muestren llegando temprano a la oficina, yéndote en último lugar, y luciendo estresado y ocupado; incluso dispuesto a dar la vida por tu empleo. Es el momento de comer en tu escritorio, cubrir tu oficina de papeles, y recordar a todo el mundo lo ocupado que estás. Lucir atareado es tan importante como estarlo.
Cómo aliarte con tus compañeros
Las relaciones con los compañeros de trabajo son esenciales para el desarrollo en las empresas modernas, no importa que sean subordinados o superiores, lo importante es tener buen trato con todos...
Desarrollar aliados en el lugar de trabajo es vital para el éxito en la carrera. Las organizaciones y los departamentos cada vez tienen sus funciones más entremezcladas y la interacción entre trabajadores es cada vez más importante.
Hacer aliados es más fácil concentrándose en las buenas cualidades de la gente, más que en sus deficiencias.
Lo mejor es crear un ambiente colaborativo y una política de puerta abierta. El ser accesible para los demás ayuda a estar al tanto de la información negativa y positiva que flota en una organización. Un trabajo impecable, buena reputación y accesibilidad van a permitir mantener al corriente y navegar las aguas en este medio de trabajo tan cambiante.
Recomendaciones que ayudan a hacerse de aliados y colaboradores en el lugar de trabajo:
- Demostrar un interés sincero en los colaboradores y en lo que es importante para ellos.
- Demostrar respeto para todos, aún con la gente con la cual no se está de acuerdo y no se entiende.
- Demostrar cortesía, aún la simple frase "por favor" "gracias".
- Demostrar respeto por las ideas y experiencias de los demás, preguntándoles por su opinión y su participación.
- Reconocer sus contribuciones. Se puede mejorar las relaciones en el trabajo y conseguir muchos aliados con solo solicitar la opinión de los demás. Debido a que esta solicitud puede ponerlos en una posición defensiva, hay que hacerlo en una forma informal que no represente una amenaza.
- Para solicitar la retroalimentación de los colaboradores, se pueden planear reuniones individuales e informales con cada empleado para discutir la relación de trabajo. Estas pequeñas reuniones se pueden sostener en territorio neutral como la cafetería.
- Planear tiempo para conversaciones informales con los colegas en los pasillos o durante visitas breves, no estructuradas. Preguntarles sobre sus intereses personales - su familia, sus pasatiempos, sus metas. Darle seguimiento a las mismas.
- Planea organizar alguna reunión social, como un almuerzo o una fiesta del departamento, donde todos puedan discutir sus intereses personales y no solo los de la oficina.
- Si los compañeros desean hablar de sus problemas personales, habrá que escucharlos. Sin embargo, se debe tener cuidado con las opiniones y de no participar demasiado en la resolución de los mismos.
- Si se presenta alguna disputa, hay que tratar de resolverla tan pronto como empieza. A veces es bueno alejarse de la disputa por un par de horas y prepararse una conversación tranquila para aclarar el punto. No hay que dejar las cosas en el aire, sino buscar la aclaración de los problemas.
- Se deben hacer preguntas tales como "Ayúdeme a entender que es lo que usted está diciendo"; "Explíqueme un poco más…."; esto puede brindarle mas balance a la discusión y ayudará a mantener las líneas de comunicación abiertas.
- Demostrar una sólida ética de trabajo, enfocando las labores y los proyectos en forma seria y responsable. El desarrollar aliados también va a estar sujeto a la reputación sólida que se demuestre y a la forma en que se lleva a cabo el trabajo.
- Se debe evitar a toda costa hablar mal de nadie, aunque a ratos pareciera que se está cultivando aliados al compartir un chisme con los compañeros. En realidad, se está quemando la propia reputación. Si desarrolla la reputación de alguien que no le gustan los chismes y los compañeros ven a tener muy buena estima.
Hacerse de aliados en el trabajo es más fácil de lo que se imagina. Es una cuestión de tener la actitud adecuada y de crear una reputación positiva en la empresa. Estas son cualidades importantes en cualquier carrera.
Cómo hacer una crítica constructiva
Aprende a hacer una crítica constructiva y benefíciate del respeto que ganarás de los demás...
¿Cómo hacer una crítica constructiva? Si cada vez que alguien pide tu opinión acerca de algo, es la última vez que ves a esa persona, tal vez, necesites aprender a hacer una crítica constructiva.
A continuación, te acercamos algunas “reglas de oro” para que tus comentarios logren ser útiles y no causar ofensa al mismo tiempo. Ahora, podrás dar tu opinión sin miedo a terminar con una amistad.
¿Cómo hacer una crítica constructiva? Si cada vez que alguien pide tu opinión acerca de algo, es la última vez que ves a esa persona, tal vez, necesites aprender a hacer una crítica constructiva.
A continuación, te acercamos algunas “reglas de oro” para que tus comentarios logren ser útiles y no causar ofensa al mismo tiempo. Ahora, podrás dar tu opinión sin miedo a terminar con una amistad.
· Omite los rasgos de personalidad
Si quieres que tus críticas saquen lo mejor de alguien, elimina de tu crítica la necesidad de atacar uno de los déficits de su personalidad. Si comienzas trayendo a la luz ciertas deficiencias de personalidad, es posible que tu contraparte interprete tus comentarios como un ataque personal, haciendo que tu punto pierda toda validez para sus oídos insultados. Desde luego, es imposible separar del todo a la persona de su trabajo, pero deberás hacer el esfuerzo en vistas de construir una verdadera crítica constructiva.
· Busca un lenguaje apropiado
Cada una de las palabras que dice puede hacer la diferencia. Para bien o para mal. Usar terminología hermanada al asunto en cuestión mantendrá la crítica constructiva dentro de un nivel profesional, más allá del abordaje. Además, puedes lanzar incluso la crítica más severa con el lenguaje adecuado. Empezar una frase con “A mi me parece que...”, o “Puedo equivocarme, pero creo que...” hace que sea menos probable que tu punto se vea envuelto en aires de hostilidad o arrogancia.
· Opina sólo si estás informado
La eficacia de la crítica constructiva está en directa relación con la credibilidad de su fuente. A la inversa, pocas cosas pueden estropear tu autoridad con tanta velocidad como el hecho de basar tus comentarios en puntos equivocados. Al mismo tiempo, al presentar un error como una verdad indiscutible, podrías hacer que todo termine en un verdadero desastre.
· Mantén tus emociones bajo control
Ofrecer una crítica constructiva requiere que neutralices cualquier elemento emocional en vistas de eliminar las influencias. En cierto punto, puede ser imposible separarte completamente de tus emociones. Tal vez, al dar tu opinión hagas que la otra parte sienta cierto grado de vergüenza o incomodidad. No obstante, es muy distinto hacer sentir humillación, y esto seguro será contraproducente a la intención de ofrecer una sincera crítica constructiva. Por otra parte, recuerda mantener bajo control tus sentimientos, ya que suelen ser susceptibles a tendencias y predisposiciones que pueden desacreditarte. Sólo de esta manera evitarás la subjetividad.
· Concéntrate en qué puede hacerse, y no en lo que ya está hecho
Haz referencia a las oportunidades específicas de mejoras y evita hacer foco en los errores cometidos o en las incapacidades. Mantener tus críticas en un marco de positivismo es esencial y prudente al mismo tiempo. De hecho, es menos rudo para la persona escuchar que ha pasado por alto una oportunidad que decirle que sus actuales ideas son incompetentes o defectuosas.
· Busca crear lazos de empatía
Uno de los pasos más poderosos que puedes dar antes de hacer tu crítica constructiva es también uno de los pasos más sencillos y compasivos: detente por un momento y recuerda aquella ocasión en que estuviste en una situación similar a la de tu contraparte. Te sentías vulnerable, bajo ataque directo, y tu naturaleza humana estaba a la defensiva. Ahora, tenlo en cuenta antes de abrir la boca.
· Utiliza la razón, no la preferencia personal
Cualquier tipo de crítica se sustenta sobre la base de tu predisposición natural. No obstante, puedes superar esto recordando que los comentarios que se basan en la razón tienen menos probabilidades de ser refutados por otros argumentos, posiblemente también válidos y de la misma naturaleza.
Es difícil para cualquier persona defender el sinsentido ante la estabilidad de la lógica, pero es fácil desechar las críticas basándose en los caprichos del gusto y del disgusto. Tus credenciales tienen a desaparecer cuando tus comentarios comienzan a surgir de preferencias caprichosas.
· Otorga tiempo para una respuesta
Una de tus posibilidades es hacer una pausa entre cada crítica y dar a la otra persona la posibilidad de explicarse. El acto de ofrecer una explicación, por más débil que ésta sea, es intelectualmente satisfactorio: ayuda a mantener su ego tan intacto como sea posible a la vez que evita que la situación lo abrume. Además, darás la imagen de ser una persona justa y de mente abierta, incrementando así tu credibilidad mientras disminuyen las probabilidades de que cualquiera de tus críticas constructivas sea pasada por alto u olvidada.
· Las cosas como son
Dar una buena crítica constructiva posiblemente no vaya a hacerte ganar muchos amigos en el corto plazo, pero tampoco debería crearte un ejército de enemigos. Cuando la crítica es formulada con un apropiado equilibrio de tacto y autoridad, te permitirá ganar incluso algo mucho más importante: un respeto duradero y un mayor grado de productividad de parte de la gente que te rodea.
Cómo sobrevivir a los chismes de oficina
¿Por qué se dan?
¿Cómo evitar ser una víctima de las habladurías?
¿Cómo usar los chismes de oficina a tu favor?
Algunas personas consideran que los chismes de oficina son una clase de violencia.
Esto puede parecer un tanto drástico o exagerado, pero tal vez no lo sea si consideramos que en realidad un chisme tiene el potencial de destruir vidas y, de hecho, puede hacerlo en una cantidad insospechadas de intrincadas maneras.
Las empresas no ven con buenos ojos el chismorreo, y los manuales de conducta suelen dedicar largos apartados a dejarlo en claro. En general, sostienen que los chismes alimentan la desconfianza y el resentimiento entre los trabajadores, a la vez que bajan la moral y la productividad.
En un momento estás a salvo y tu vida profesional es la más segura, y al siguiente todo se ha ido por la borda. A continuación, echaremos un vistazo a cómo las leyes intentan marcar una línea entre el cotorreo inofensivo y la acusación dañina y maliciosa. ¿Cómo puedes hacer para mantenerte al margen del chismorreo y no convertirte en su víctima? Y, finalmente, ¿cómo hacer para usar los chismes a tu favor?
¿Cotorreo, chismorreo, o difamación?
En el ámbito de una oficina, puede hacerse difícil dilucidar cuándo un chisme frívolo cruza una línea imaginaria y se convierte en algo más serio, como la difamación. En este caso, la ley puede otorgarnos alguna ayuda: En pocas palabras, se considera difamación a la información falsa que “daña” a daña a otra persona, y se reconocen tres subtipos:
* Estabas al tanto que la información era falsa.
* Tenías motivos para pensar que la información podía ser falsa, pero no te preocupaste por chequearlo.
* La información era de una naturaleza tan amplia y generalizada que simplemente no podía ser cierta.
En consecuencia, a no ser que sepas que algo es cierto y puedas probarlo en caso de ser necesario, no sucumbas ante la tentación de esparcir chismes en la oficina.
Esto puede parecer un tanto drástico o exagerado, pero tal vez no lo sea si consideramos que en realidad un chisme tiene el potencial de destruir vidas y, de hecho, puede hacerlo en una cantidad insospechadas de intrincadas maneras.
Las empresas no ven con buenos ojos el chismorreo, y los manuales de conducta suelen dedicar largos apartados a dejarlo en claro. En general, sostienen que los chismes alimentan la desconfianza y el resentimiento entre los trabajadores, a la vez que bajan la moral y la productividad.
En un momento estás a salvo y tu vida profesional es la más segura, y al siguiente todo se ha ido por la borda. A continuación, echaremos un vistazo a cómo las leyes intentan marcar una línea entre el cotorreo inofensivo y la acusación dañina y maliciosa. ¿Cómo puedes hacer para mantenerte al margen del chismorreo y no convertirte en su víctima? Y, finalmente, ¿cómo hacer para usar los chismes a tu favor?
¿Cotorreo, chismorreo, o difamación?
En el ámbito de una oficina, puede hacerse difícil dilucidar cuándo un chisme frívolo cruza una línea imaginaria y se convierte en algo más serio, como la difamación. En este caso, la ley puede otorgarnos alguna ayuda: En pocas palabras, se considera difamación a la información falsa que “daña” a daña a otra persona, y se reconocen tres subtipos:
* Estabas al tanto que la información era falsa.
* Tenías motivos para pensar que la información podía ser falsa, pero no te preocupaste por chequearlo.
* La información era de una naturaleza tan amplia y generalizada que simplemente no podía ser cierta.
En consecuencia, a no ser que sepas que algo es cierto y puedas probarlo en caso de ser necesario, no sucumbas ante la tentación de esparcir chismes en la oficina.
Mantente al margen
Casi sin excepción, la decisión más inteligente que puedes tomar es evitar completamente el chismorreo. Desde luego, es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente cuando las conversaciones casuales tienen lugar y cruzan esa delgada línea casi en forma inconsciente.
Entrénate para reconocer las palabras y los temas que tienen el potencial de dañar a otra persona. É
stos incluyen:
* Conducta criminal. Ésta puede hacer referencia a actividades fuera de la oficina, malas prácticas profesionales, o rumores acerca de alguien obteniendo un ascenso a través del sexo o del soborno.
* Adicción al alcohol o a las drogas.
* Infidelidad, ya sea en el matrimonio o en una relación.
* Cualquier cosa que el público en general consideraría reprensible (racismo, desviaciones sexuales).
De alguna u otra manera, estas normas suelen ser violadas a diario en buena parte de las oficinas del mundo. Pero, en cualquier caso, no es eso lo que importa. No se trata de lo que tú o los demás pueden decir en el más relajado de los ambientes, sino de cuán ofendida puede sentirse una persona como para presentar una querella en tu contra o en contra de la compañía.
* Conducta criminal. Ésta puede hacer referencia a actividades fuera de la oficina, malas prácticas profesionales, o rumores acerca de alguien obteniendo un ascenso a través del sexo o del soborno.
* Adicción al alcohol o a las drogas.
* Infidelidad, ya sea en el matrimonio o en una relación.
* Cualquier cosa que el público en general consideraría reprensible (racismo, desviaciones sexuales).
De alguna u otra manera, estas normas suelen ser violadas a diario en buena parte de las oficinas del mundo. Pero, en cualquier caso, no es eso lo que importa. No se trata de lo que tú o los demás pueden decir en el más relajado de los ambientes, sino de cuán ofendida puede sentirse una persona como para presentar una querella en tu contra o en contra de la compañía.
No seas víctima
Los chismes de oficina pueden dañarte de distintas maneras. En este sentido, puedes ser víctima de chismes desagradables o poco halagüeños o de chismes que tienen la capacidad de dañar tanto tu vida profesional como la personal. Al mismo tiempo podrías ser un instigador, culpable por decir tonterías que en algún momento parecían divertidas o sonaban bien, que luego deba responder acerca de su participación en todo el asunto. Si el chismorreo se produce a través del e-mail, estás especialmente en riesgo. No creas que tu correspondencia escrita es del todo privada.
Es interesante destacar cuán fácil puedes convertirte en una víctima del chismorreo, así que procura ser siempre precavido en cuanto a lo que dices a los demás y en lo referente a tus actividades extracurriculares —ya sea que involucren a otros compañeros del trabajo o no—.
Tu “persona profesional” se encuentra en peligro, así que presta atención tus excesos de fin de semana —sobre todo cuando alguien pueda estar espiándote—; mantén la boca cerrada acerca de tu nueva búsqueda laboral o de las dificultades que tienes con tu jefe, y recuerda mantener una conducta profesional en todas tus conversaciones.
Asimismo, aprende a poner en duda todo lo que llega a tus oídos, independientemente de la fuente de procedencia. Los chismes de oficina suelen proceder de terceras fuentes, por lo que suelen venir cargados de interpretaciones y aspectos subjetivos que adornan la historia original y la alejan definitivamente de la verdad.
Los chismes a tu servicio
Por lo general, deberás usar la discreción y evitar involucrarte en los chismorreos de oficina. Existe, no obstante, una excepción: la de aproximarse al circuito de chismorreos de la oficina como un conducto de noticias e información.
Los chismes de oficina pueden dañarte de distintas maneras. En este sentido, puedes ser víctima de chismes desagradables o poco halagüeños o de chismes que tienen la capacidad de dañar tanto tu vida profesional como la personal. Al mismo tiempo podrías ser un instigador, culpable por decir tonterías que en algún momento parecían divertidas o sonaban bien, que luego deba responder acerca de su participación en todo el asunto. Si el chismorreo se produce a través del e-mail, estás especialmente en riesgo. No creas que tu correspondencia escrita es del todo privada.
Es interesante destacar cuán fácil puedes convertirte en una víctima del chismorreo, así que procura ser siempre precavido en cuanto a lo que dices a los demás y en lo referente a tus actividades extracurriculares —ya sea que involucren a otros compañeros del trabajo o no—.
Tu “persona profesional” se encuentra en peligro, así que presta atención tus excesos de fin de semana —sobre todo cuando alguien pueda estar espiándote—; mantén la boca cerrada acerca de tu nueva búsqueda laboral o de las dificultades que tienes con tu jefe, y recuerda mantener una conducta profesional en todas tus conversaciones.
Asimismo, aprende a poner en duda todo lo que llega a tus oídos, independientemente de la fuente de procedencia. Los chismes de oficina suelen proceder de terceras fuentes, por lo que suelen venir cargados de interpretaciones y aspectos subjetivos que adornan la historia original y la alejan definitivamente de la verdad.
Los chismes a tu servicio
Por lo general, deberás usar la discreción y evitar involucrarte en los chismorreos de oficina. Existe, no obstante, una excepción: la de aproximarse al circuito de chismorreos de la oficina como un conducto de noticias e información.
Si lo haces cuidadosamente, puedes obtener tus beneficios. Por ejemplo:
* Acerca de la empresa: usa los chismes de oficina para enterarte de los proyectos que están por venir y que pueden ser de tu interés. Asimismo, conoce las posibilidades de ascensos.
* Acerca de jefes y ejecutivos: utiliza los chismes de oficina para conocer ciertos rasgos de la personalidad o intereses que pueden ayudarte a relacionarte con estas personas a la hora de presentar una idea, o para tener algo de qué hablar cuando te encuentres a solas con ellos en determinadas circunstancias. Simplemente procura no ser demasiado obvio.
* Acerca de tus logros: utiliza los chismes de oficina para soltar información sutil sobre algo que te hace sentir orgulloso, de modo que tus logros alcancen las orejas adecuadas. Una vez más, recuerda que la sutileza es la clave —no querrás que ciertas personas interpreten esto como que estás alardeando—.
* Acerca de la empresa: usa los chismes de oficina para enterarte de los proyectos que están por venir y que pueden ser de tu interés. Asimismo, conoce las posibilidades de ascensos.
* Acerca de jefes y ejecutivos: utiliza los chismes de oficina para conocer ciertos rasgos de la personalidad o intereses que pueden ayudarte a relacionarte con estas personas a la hora de presentar una idea, o para tener algo de qué hablar cuando te encuentres a solas con ellos en determinadas circunstancias. Simplemente procura no ser demasiado obvio.
* Acerca de tus logros: utiliza los chismes de oficina para soltar información sutil sobre algo que te hace sentir orgulloso, de modo que tus logros alcancen las orejas adecuadas. Una vez más, recuerda que la sutileza es la clave —no querrás que ciertas personas interpreten esto como que estás alardeando—.
Charla de café
Es algo naif pensar que una oficina que emplea personas adultas funcionará como si estuviera manejada por personas adultas. Somos personas, y nos gustan las buenas historias, y buena parte de nosotros nunca consigue dejar atrás a ese adolescente que necesita hablar de los demás. Cuando exploramos las motivaciones del chismorreo en la oficina, podemos encontrar personas con la autoestima baja y con deseos latentes de vender a cualquiera. Y lo harán en la primera oportunidad que tengan.
Por su parte, las personas exitosas se alejarán de los chismorreos. Ellas practican la discreción y ganan la confianza de los demás, en buena parte gracias a mantenerse alejadas de estos entuertos. En consecuencia, prueba ser mejor que los demás y aléjate de las innecesarias charlas de café.
Es algo naif pensar que una oficina que emplea personas adultas funcionará como si estuviera manejada por personas adultas. Somos personas, y nos gustan las buenas historias, y buena parte de nosotros nunca consigue dejar atrás a ese adolescente que necesita hablar de los demás. Cuando exploramos las motivaciones del chismorreo en la oficina, podemos encontrar personas con la autoestima baja y con deseos latentes de vender a cualquiera. Y lo harán en la primera oportunidad que tengan.
Por su parte, las personas exitosas se alejarán de los chismorreos. Ellas practican la discreción y ganan la confianza de los demás, en buena parte gracias a mantenerse alejadas de estos entuertos. En consecuencia, prueba ser mejor que los demás y aléjate de las innecesarias charlas de café.
Cómo ser feliz en el trabajo
Durante el fin de semana, puedes hacer que tu semana sea mucho mejor de lo que piensas. Consejos para dejar el estrés atrás...
Mientras algunos pasarán su fin de semana recurriendo a distintas técnicas para aliviar tensiones antes que la semana laboral empiece, otros se la pasarán maldiciendo porque pronto hay que volver a trabajar.
Bien, si eres de los quejosos, lo primero será dejar de maldecir. Ahora echemos un vistazo a las distintas formas de prepararte para la semana que empieza.
Todo se resume a las elecciones, y son muchos los que eligen tomar por la ruta de la negatividad. ¿Por qué no ir por el camino positivo? Después de todo, es mucho menos estresante.
Y aunque puedes pensar que planificar es una tarea pesada, lo cierto es que mientras más planifiques tu vida mayores serán las posibilidades de reducir el estrés e incrementar la sensación de control. La planificación te otorga la libertad de ser espontáneo. Asimismo, prepararte para el trabajo es una inversión para tu salud a largo plazo.
Entonces, ¿cómo hacer para preparar a tu familia y a ti mismo para la semana laboral que comienza?
Sigue estos consejos:
* Prepárate para ser feliz: la felicidad es una opción. Durante el domingo, si estás pensando en un cliente, proveedor, o manager, estás permitiendo que ese cliente, proveedor, o manager decida tu felicidad. Debes recobrar la capacidad de elegir. Elige ser feliz, apasionado y organizado, y lo que quieras lograr se hará finalmente realidad.
* En consecuencia, ¿cómo evitan —tu familia y tú— ese malestar propio del domingo a la noche? Pues bien, primero identifica lo que te está molestando y escríbelo en un papel. Ahora que ahí tienes el problema, avócate a solucionarlo. Claro que puedes hacerlo.
* Establece un itinerario de alimentación: esto quiere decir que deberás saber lo que vas a comer tanto en los almuerzos como en las cenas. Confecciona un plan alimentario junto a tu pareja y compra todo lo que necesites para la semana. De esta forma, no perderás tu valioso tiempo laboral pensando en qué cocinar.
* Planifica el viaje al trabajo con practicidad: calcula cuánto tiempo va a tomarte verdaderamente. Deberás contar desde el momento en que levantas tu cabeza de la almohada hasta que te sientas en el escritorio. De esta manera, reducirás el estrés a lo largo del camino. Una vez que estés manejando hacia el trabajo, lo recomendable es permanecer sobre la derecha para ir más rápido.
* Levántate 15 minutos más temprano: utiliza el tiempo extra para tomar relajadamente un desayuno delicioso, en lugar de salir corriendo con una dona en tu boca. Mientras más cómodo inicies tu día, mejor podrás manejar el estrés.
* Escribe las cosas: ¿te olvidas siempre del teléfono celular o de la billetera cuando te vas al trabajo? Confecciona una lista con los ítems que regularmente llevas contigo y colócala en el visor de tu auto. Otra posibilidad es poner un calendario visual en el refrigerador, de modo que todos puedan saber dónde están todos y qué están haciendo.
* Primero haz las cosas importantes: las horas de las 9 a.m. a las 11 a.m. son las más productivas. Prepárate para proteger con tenacidad la mañana de las reuniones y los e-mails. De esta forma, lograrás terminar —o, al menos, encauzar— el trabajo más importante o pesado del día por la mañana.
* Prepárate para pedir lo que necesitas: todos necesitan algo del trabajo, ya sea la posibilidad de ser más creativo, la posibilidad de dirigir, mayor apoyo, un salario más alto, o cualquier otra cosa. Necesitas individualizar qué necesitas para ser feliz. Si no te sientes a gusto, puede que estés allí físicamente pero tu psiquis estará en otra parte. Ponte de pie y efectúa tus reclamos: di que necesitas mayores oportunidades o mayor apoyo para tus proyectos.
* Pregunta cómo puedes ayudar: al mismo tiempo, en lugar de sólo preguntar a los demás qué pueden hacer por ti, piensa en qué puedes hacer tú por los demás. Cuando a colegas, clientes y compañeros, lo lógico es que ellos hagan lo mismo por ti.
* Deja de quejarte: lloriquear constantemente es algo que consume tus niveles de energía, así que ponte bien en la cabeza que no debes hacerlo. ¿Acaso te ayuda en algo? Simplemente no agrega nada y contribuye sensiblemente a incrementar tus niveles de estrés.
* Acepta que la semana que comienza implicará cambios para ti: los cambios son una constante en los negocios y en la vida, y también son una fuente de estrés. Cuando estás abierto y presentas flexibilidad a los cambios, reduces el estrés, y tu pasión comienza a incrementarse —lo que significa que eres más productivo y efectivo—.
* Prepárate para ser feliz: la felicidad es una opción. Durante el domingo, si estás pensando en un cliente, proveedor, o manager, estás permitiendo que ese cliente, proveedor, o manager decida tu felicidad. Debes recobrar la capacidad de elegir. Elige ser feliz, apasionado y organizado, y lo que quieras lograr se hará finalmente realidad.
* En consecuencia, ¿cómo evitan —tu familia y tú— ese malestar propio del domingo a la noche? Pues bien, primero identifica lo que te está molestando y escríbelo en un papel. Ahora que ahí tienes el problema, avócate a solucionarlo. Claro que puedes hacerlo.
* Establece un itinerario de alimentación: esto quiere decir que deberás saber lo que vas a comer tanto en los almuerzos como en las cenas. Confecciona un plan alimentario junto a tu pareja y compra todo lo que necesites para la semana. De esta forma, no perderás tu valioso tiempo laboral pensando en qué cocinar.
* Planifica el viaje al trabajo con practicidad: calcula cuánto tiempo va a tomarte verdaderamente. Deberás contar desde el momento en que levantas tu cabeza de la almohada hasta que te sientas en el escritorio. De esta manera, reducirás el estrés a lo largo del camino. Una vez que estés manejando hacia el trabajo, lo recomendable es permanecer sobre la derecha para ir más rápido.
* Levántate 15 minutos más temprano: utiliza el tiempo extra para tomar relajadamente un desayuno delicioso, en lugar de salir corriendo con una dona en tu boca. Mientras más cómodo inicies tu día, mejor podrás manejar el estrés.
* Escribe las cosas: ¿te olvidas siempre del teléfono celular o de la billetera cuando te vas al trabajo? Confecciona una lista con los ítems que regularmente llevas contigo y colócala en el visor de tu auto. Otra posibilidad es poner un calendario visual en el refrigerador, de modo que todos puedan saber dónde están todos y qué están haciendo.
* Primero haz las cosas importantes: las horas de las 9 a.m. a las 11 a.m. son las más productivas. Prepárate para proteger con tenacidad la mañana de las reuniones y los e-mails. De esta forma, lograrás terminar —o, al menos, encauzar— el trabajo más importante o pesado del día por la mañana.
* Prepárate para pedir lo que necesitas: todos necesitan algo del trabajo, ya sea la posibilidad de ser más creativo, la posibilidad de dirigir, mayor apoyo, un salario más alto, o cualquier otra cosa. Necesitas individualizar qué necesitas para ser feliz. Si no te sientes a gusto, puede que estés allí físicamente pero tu psiquis estará en otra parte. Ponte de pie y efectúa tus reclamos: di que necesitas mayores oportunidades o mayor apoyo para tus proyectos.
* Pregunta cómo puedes ayudar: al mismo tiempo, en lugar de sólo preguntar a los demás qué pueden hacer por ti, piensa en qué puedes hacer tú por los demás. Cuando a colegas, clientes y compañeros, lo lógico es que ellos hagan lo mismo por ti.
* Deja de quejarte: lloriquear constantemente es algo que consume tus niveles de energía, así que ponte bien en la cabeza que no debes hacerlo. ¿Acaso te ayuda en algo? Simplemente no agrega nada y contribuye sensiblemente a incrementar tus niveles de estrés.
* Acepta que la semana que comienza implicará cambios para ti: los cambios son una constante en los negocios y en la vida, y también son una fuente de estrés. Cuando estás abierto y presentas flexibilidad a los cambios, reduces el estrés, y tu pasión comienza a incrementarse —lo que significa que eres más productivo y efectivo—.
Cómo recuperar a un workaholic
¡y deja de ser un adicto al trabajo!
¿Alguna vez llevaste el trabajo a tus vacaciones? ¿Sabes bien lo que es trabajar doble turno sin paga extraordinaria? Los hábitos de los adictos al trabajo, o workaholics, pueden ser difíciles de quebrar por el hecho de que son vistos como virtudes en muchos ámbitos.
Sin embargo, tienen la capacidad de causar serios problemas en las relaciones, de dañar tu salud e incluso de acabar con tu carrera a causa de un agotamiento temprano.
Sigue, sin un orden particular, los siguientes pasos para recuperar adictos al trabajo y mejorar la calidad general de tu vida.
Paso 1
Ten una conversación con tu jefe
El primer paso, para recuperar a un adicto al trabajo, es discutir una agenda más flexible con tu supervisor. No digas que te consideras un adicto al trabajo o que quieres establecer tus prioridades fuera del trabajo, ya que tu jefe podría interpretar estos puntos como signos de debilidad. En cambio, explícale que necesitas un poco más de tiempo para encauzar ciertas cuestiones de tu vida personal. Esta pequeña y sutil diferencia podría salvarte el empleo.
Paso 2
Concéntrate en tus objetivos a largo plazo
A través de los años, puedes llegar a perder el contacto con tus verdaderas aspiraciones. Es por esto que es importante, mientras intentas recuperarte de tu adicción por el trabajo, que te tomes un tiempo para reevaluar las cosas que más te importan, tanto en el plano personal como en el profesional. ¿Es ésta la clase de trabajo que quieres estar haciendo por el resto de tus días? ¿Tus objetivos incluyen un hogar, una familia, y otras experiencias específicas? Elabora tus decisiones a partir del tipo de vida que quieres en el futuro a largo plazo. No pienses en el día de mañana.
Paso 3
Deja de traer trabajo a casa
Tu jornada laboral deberá terminar en el momento que pones un pie fuera de la oficina, así que evita pasar las noches frente a tu laptop o hablando acerca del trabajo con amigos y familiares. Al mismo tiempo, es recomendable que dejes de responder llamadas telefónicas sobre negocios durante la cena. Necesitas establecer límites para todos, pero primero para ti mismo. Si bien las llamadas ocasionales relacionadas al trabajo son inevitables, no debes permitir que se conviertan en un hábito.
Paso 4
Recupera tus antiguas relaciones
Vuelve a alimentar aquellas antiguas amistades y permite que las personas que has desilusionado en el pasado sepan que las cosas ahora serán diferentes. Si te encuentras en una relación estable o tienes familia, asegúrate de pasar al menos 20 minutos de calidad al día con las personas amadas. Asimismo, deberás intentar hacer nuevos amigos, dado que tus círculos íntimos anteriores podrían haber iniciado o fomentado tu adicción.
Paso 5
Busca un hobby
No te dediques simplemente a mirar televisión y después a la cama cada noche después del trabajo. En cambio, llena tu tiempo libre de actividades divertidas, preferentemente que se realizan fuera de tu casa. Al mismo tiempo, en vistas de recuperarte de tu adicción al trabajo, busca que las conversaciones habituales de la oficina incluyan el tema central de tu hobby. Aparte de distraerte, esto hará que tus jefes recuerden que tienes asuntos personales que atender, y con un poco de suerte lo tendrán en mente a la hora de organizar la distribución de la carga laboral.
Paso 6
Mantén los compromisos sociales
Los adictos al trabajo necesitan organizar su tiempo libre al igual que lo harían cualquier día laborable, y ellos necesitan mantenerse apegados al plan. En consecuencia, asegúrate de hacer que el hecho de respetar los compromisos sociales se convierta en una cuestión de honor. Una vez que te acostumbres a organizar tu tiempo “social”, podrás sacar provecho de tu naturaleza compulsiva para mejorar tu vida personal llamando a tus amigos en forma regular y haciendo planes que luego deberás respetar para mantener en alto tu honor.
Paso 7
Comienza a ejercitar
Posiblemente estés necesitando una buena dosis de ejercicios, sobre todo si te has pasado los últimos años sentado todo el día en tu oficina. Después de todo, no se suponía que las comodidades de tu silla ergonómica te condujeran a otra parte. Además, la actividad física puede ayudarte a mejorar tu imagen, y ahora necesitarás algo más que tu empleo para proyectar tu autoestima. Como parte de esta guía para dejar atrás definitivamente tu adicción al trabajo, te recomendamos comenzar a practicar alguna actividad deportiva grupal, de modo que puedas interactuar con otras personas.
Paso 8
Come y duerme en forma regular
Pelear contra un hábito compulsivo puede llevarse buena parte de tu energía, lo que es motivo suficiente para que hagas un buen régimen de comidas y te asegures de dormir lo suficiente por las noches. Resiste la tentación de pasar por alto el desayuno y el almuerzo. Tu cuerpo necesita nutrirse, y esto tendrá repercusión sobre todas tus cuestiones laborales. Cuidar de tu salud física te ayudará a tener la fuerza mental para establecer un orden apropiado de prioridades.
Paso 9
Aprovecha los recesos
Asegúrate de tomarte todos los recesos posibles, incluyendo la hora completa del almuerzo. Los días de desayunar, almorzar, y cenar en tu escritorio se han terminado. Para sacar el mayor provecho de tus recesos, aléjate de las instalaciones de la oficina o empresa por un tiempo. El aire fresco y el cambio de ambiente te ayudarán a mantener una mejor perspectiva de las cosas.
Paso 10
Deja de ser perfeccionista
Al contrario de la creencia popular, los adictos al trabajo no siempre son tan apreciados por sus empleadores, dado que tienen la tendencia de controlar al milímetro cada emprendimiento y suelen trabajar demasiado duro para conseguir resultados exiguos. Es imperativo que dejes que las cosas sigan su curso. Deja de confundir los estándares de calidad de la empresa con los tuyos propios. A veces, un proyecto es lo suficientemente bueno, incluso cuando se encuentre demasiado lejos de la perfección.
Paso 11
Hazte prescindible
Como adicto al trabajo, debes haberte convertido en una pieza indispensable en la oficina, asumiendo todas las tareas posibles y rehusándote a compartir tus conocimientos. Esto hace que te sea imposible invertir tiempo en tu vida personal, ya que tus compañeros de trabajo te llaman cada vez que existe un problema. Este programa de recuperación de adictos al trabajo recomienda que aligeres tu carga laboral y entrenes a algunos colegas de modo que puedan llevar a cabo tus tareas si tú no estás. De esta manera, una vez que haya sonado la campana de salida, podrás desconectarte verdaderamente de tu trabajo.
Paso 12
Usa tu período de vacaciones
A esta altura, muy posiblemente hayas acumulado varios meses de vacaciones sin utilizar. Usa este tiempo para volver a ponerte en contacto con las cosas que más te importan. Si quieres, puedes viajar a un país que siempre hayas querido visitar. Esto te ayudará a separar tu vida personal de tu vida profesional. Al igual que el resto de los pasos para recuperarte de la adicción al trabajo, todo se resume a asegurarte que tu profesión funcione para ti, y no al revés.
Trabaja mucho y diviértete mucho más
Es importante que recuerdes que trabajas para vivir, y no que vives para trabajar. Si vives según este último principio, entonces la felicidad será algo extraño a tus días, y posiblemente el éxito profesional no alcance a llenar el vacío generado por su ausencia.
Qué hacer en caso de acoso laboral
¿Sabes lo que debes hacer en caso de mobbing (acoso en tu lugar de trabajo)?
No hacer con los demás lo que no le gusta que le hagan a uno mismo, es el consejo para cualquier persona que apunte a mejorar su credibilidad y respeto ante los demás. Y cada uno sabe lo que es, independientemente de la opinión ajena.
Creer en uno mismo, conocerse y, en caso de estar afectado emocionalmente por alguna opinión de un individuo extraño, consultar a un profesional.
Tal vez esté afectado por algún trauma adicional que lo sensibilice a esas opiniones. Levántese por usted mismo y entrénese para no estar sometido a personas que lo acosan, y aprenda a decir “NO” enfáticamente, luego camine y aléjese.
Mantenga una coherencia en el lenguaje y una postura firme, no encorvada (muchas personas adoptan una postura inclinadas que las "caracteriza" como víctimas).
Practique caminar erguido, con decisión y la frente alta. Esto le dará otra visión de las cosas, y lo hará mas respetable en ciertos ámbitos.
Si la persona que lo molesta ve una reacción en usted, seguirá aplicando su presión e intimidación. En cambio, si ve que ya no lo afecta, se aburrirá de hacerlo y lo dejará en paz.
Emplee el humor y muéstrese despreocupado (si la persona es cercana), pero nunca se haga su confidente.
Dígale cuanto le molesta su actitud, no se aísle, cuéntele a otras personas el inconveniente que lo aqueja, y si esas personas tienen autoridad para ayudarlo, tanto mejor.
No se quede solo con el problema, y si es necesario haga la denuncia policial, o en ultima instancia, asista a alguna corte o tribunal que tome su caso, si es que en las instancias superiores de la empresa no encontró eco.